En el consultorio me especializo en adolescentes, adultos y pareja, no obstante, estás últimas semanas en el se han presentado muchos papás de niños en edad preescolar que quieren desde ellos trabajar ciertas preocupaciones que tienen hacia sus hijos.
Ellos se han presentado con las siguientes preguntas: ¿cómo puedo manejar la ansiedad de mi hijo? Noto que mi hijo se come mucho las uñas, mi hijo no sabe manejar la frustración.
Es por eso que damos algunos tips para ayudar a ello:
- El manejo de la ansiedad de nuestros hijos comienza en nosotros, sus padres: el que como padres seamos conscientes de nuestras propias emociones y sensaciones y aprender a expresarlas (si queremos cambio en nuestros hijos, debemos comenzar por nosotros; recordemos que nuestros hijos aprenden de nosotros)
- Ser consciente de lo que genera en uno la ansiedad o frustración de nuestro hijo (no te resistas, acéptala y de ser necesario manifiéstala) si la acepto es más fácil ayudarle a mi hijo a verbalizarla y manejarla.
- Ayúdalo a respirar (y respira tu): respirar profunda y lentamente ayuda a tranquilizarnos fisiológicamente (inhaló en cuatro tiempos y exhaló lentamente en otros cuatro)
- Respira y relaja: mientras hacen el ejercicio anterior, dile que se imagine exprimiendo una gran naranja (haciendo tensión en sus brazos mientras inhala y mientras exhala que deje de exprimirla). Esta es una técnica para que se relaje muscularmente.
- Ayuda a identificar pensamientos negativos: ayúdalos a expresar sus miedos o lo que les pone nerviosos e identifiquen alternativas. Por ejemplo: en vez de “me va a salir mal”, “si practico puedo aprender y cada vez me saldrá mejor”
- Ayudalo a identificar ante qué situaciones se pone nervioso, o identifica ante qué sucesos comenzó a morder sus uñas o a rascarse.
- Hablar sobre las cosas que resultaron bien en el día. Por ejemplo: jugué con una amiga nueva en el descanso, me felicitó la maestra por mi letra, etc.
Es de suma importancia que analicemos cómo padre, madre o pareja, en que momento de vida estemos, qué situaciones necesitamos manejar y de ser necesario acudir con un experto, tanto para nosotros como para nuestros hijos.